Mascarillas y Guantes: La Nueva Contaminación
¿Sabías que las mascarillas desechables, guantes y productos desinfectantes, que nos protegen de la propagación del COVID-19, terminan en los mares y en la naturaleza?
El uso de estos implementos de protección llego para quedarse mientras dure la alerta por la pandemia, pero es importante que como ciudadanos pensemos a donde van a parar una vez que cumplen su función.
Uno de los principales problemas es el material con el cual son fabricados, las mascarillas pueden tener capas de celulosa o de polietileno (plástico).
Según La WWF, una mascarilla quirúrgica puede tardar hasta 400 años en descomponerse, por lo que ocuparían una gran parte de los rellenos sanitarios. En el peor de los casos podrían ser arrastradas por los vientos hasta los cuerpos de agua y, finalmente, terminar en el océano.
El mismo problema se presenta con los guantes, los materiales con los cuales son fabricados son: látex, vitrilo o vinilo.
Una vez en el agua los animales pueden confundir a mascarillas y guantes con alimentos. Actualmente, 100 000 especímenes marinos mueren atrapados o envenenados por plásticos cada año.
¿Hay opciones sostenibles?
La OMS dice que lavarse regularmente las manos ofrece mayor protección para frenar el contagio de la COVID-19 que el uso de guantes cuando se está en áreas públicas.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. afirman que las mascarillas de tela anti-fluido y lavables ofrecen la protección necesaria para el público.
Siempre hay opciones para preservar la salud y no olvidar el cuidado del medio ambiente, recuerda que cada acción cuenta.
Imágenes cortesía de Evie Grace, síguela en Instagram @eviegraceillustration